La funda

Madrid, 22 de octubre de 2011


Cuando compré la cámara no me pude resistir a incrementar la factura en casi un 10% comprando la funda original. Con su aspecto retro, realizada en piel con un buen acabado y su color marrón chocolate es difícil no comprarla o al menos eso me pasó en cuanto la vi. Al igual que la cámara fue un amor a primera vista, pero, ¿es realmente práctica?. En mi opinión es muy aconsejable  para llevarla en un bolsillo o en una maleta pero además de “engordar” nuestra Fuji X100, tiene en mi opinión aspectos a mejorar.


El primer inconveniente surge a la hora de poner el portafiltros y un filtro UV. En mi caso compré uno filtro tipo “slim” o muy fino, aconsejado para objetivos angulares ya que la óptica es un 23mm, equivalente a un 35mm en full frame. A pesar de colocar un filtro delgado, la funda se puede cerrar pero como se aprecia en la foto no se cierra del todo y esto no es que sea importante pero lo comento. Por cierto no cierra ni siquiera quitando la tapa original.  Aún así este pequeño fallo es perdonable y creo que la solución de engordar la funda hubiera sido peor.



Hay cosas mejorables de la funda y una de ellas es que cada vez que necesitas descargar imágenes o reemplazar la batería hay que quitar toda la funda y no es que sea especialmente complicado pero hubiera sido interesante que Fuji hubiese hecho un orificio en el lado derecho para poder abrir la ventana que da acceso al enchufe USB. Ese orificio habría quedado similar al que hay en el lado izquierdo que da acceso para cambiar el sistema de enfoque.



Ya puestos a emular el diseño retro, hay algo que echo mucho de menos y para mi fundamental y es que no lleve la típica rosca para colocar la cámara en un trípode u otro gachet fotográfico sin necesidad de quitar la funda. Todas las fundas que tengo de cámaras antigüas incorporan una rosca macho para unir la funda a la cámara y una rosca hembra para poder utilizar por ejemplo el trípode.


Con la funda viene una correa del mismo color que tiene buena pinta ya que la parte interior es bastante antideslizante. La única pega que veo es su excesiva rigidez y tamaño pero eso si que es fácil de sustituir.  Por cierto, con la cámara viene un útil hecho en plástico para ayudar a  poner los ganchitos de la correa a la cámara. Es la primera vez que veo algo así y a pesar de no ser frecuente su utilización es todo un detalle que Fuji haya pensado en ello, aunque hubiera sido más fácil un diseño de gancho como el que tiene mi vieja Contax, muy fácil de usar a la hora de poner y quitar.



Si algún día tengo tiempo y ganas compraré una funda de imitación más barata que he visto en Ebay para está cámara y así poder realizar las modificaciones descritas anteriormente aunque estaría bien que Fuji tomase nota y ponga a la venta una nueva versión de esta preciosa funda.



Mi consejo es que para transporte con el parasol quitado la funda es buena ya que es muy rígida pero a la vez suave por dentro para así abrazar con dulzura nuestra cámara. Para trabajar por la calle es interesante utilizarla sin la parte que cubre la parte trasera y por delante tapa el objetivo aunque si vamos a utilizar trípode hay que quitar obligatoriamente toda la funda.

La cámara y su tamaño

Madrid, 7 de octubre de 2011



Es cierto que su tamaño no destaca por ser tan ligera y pequeña como una compacta, pero también es cierto, que si se compara con una réflex, su peso y tamaño son contenidos y perfectos para llevarla todo el día colgada del cuello.

Además al tener su óptica fija tenemos las ventajas de no manchar el sensor y no tener que cargar con ópticas aunque es cierto que requiere su periodo de adaptación para sacar partido a esa óptica fija de 23 mm. (35mm en full frame).

Volviendo al tema del tamaño, podéis comprobar que aún con la funda que la hace engordar, en bolsillos generosos, no hay ningún problema para su transporte. Incluso en mi vieja bolsa Billingham cabe tanto en uno de los bolsillos interiores como en los exteriores, genial pues la bolsa que suelo utilizar en viajes que se hace necesario volar.

Para el transporte aconsejo llevarla en su funda de piel para protegerla de golpes en general, eso si, con el parasol quitado, ya que de lo contrario no se puede cerrar la funda. Ah y con el objetivo tapado, no con la tapa que viene con la cámara de metal, por cierto muy fácil de perder y poco práctica por lo que lo mejor que podemos hacer con ella es guardarla, a pesar de su elegante diseño que me recuerda a la vieja Fed 3 de los años 60. Aconsejo la compra de una tapa de clip hecha en plástico cuyo coste es de 2 euros con portes incluidos en Ebay. Esta tapa se engancha en el filtro sin ningún problema, es fácil de reponer si se da el caso que la perdamos y lo mejor, la podemos llevar puesta con el parasol ,cosa que no se puede hacer con la tapa original.

Ya cuando la usemos en la calle, aconsejo llevarla colgada del cuello con su portafiltros, filtro UV de calidad y el parasol. Este último no es muy necesario pero queda genial, aunque es cierto que da un poco el cante. Si queremos pasar más desapercibidos, quizás es aconsejable pasear sin él y solo ponerlo cuando se necesite pero … prefiero correr el riesgo ya que me encanta la cámara con ese aspecto. Es algo así como el complemento perfecto.